En el sendero de reencontrarme con el poder de mi Alma, he tenido que reestructurarme a mí misma, crear una nueva metodología que me permitiera alinearme a mi nueva forma de ver y vivir mi vida. Elegí sentirme más segura, elegí que ser como soy no era bueni ni malo, ni mejor ni peor , observé que simplemente consistía en Ser, que mi mejor opción era dejar de vivir una doble vida, ante las expectativas de una sociedad y la necesidad de mi alma de salir del silencio en el que la tenía, por más de dos décadas.
Florecer y Servir con Dulzura
Estar en el silencio y usar mis facultades en los tiempos perfectos de Dios y el mundo espiritual funcionó de manera ideal por tiempo limitado. Hasta que un día, me dí cuenta de que un vacío había inundado mi vida, entonces comprendí, que era tiempo de ser valiente y unificarme conmigo misma, que toda aquella riqueza espiritual que me había sido entregada, ahora debía de ser compartida. Pero sé que los tiempos de Dios son perfectos, y no hubiera encontrado mejor oportunidad en la historia de mi vida, que esta época tan compleja, para decirte, que puedes contar conmigo, que comprendo tu camino, te acompaño y pongo a tu servicio mi labor.
Comencé a reaprender como expresar mi verdad y sentirme cómoda ante la presencia de otros, fué un paso muy necesario que aún continúo practicando, no es sencillo, cada vez que digo en voz alta "Soy Medium", aún me siento en una posición muy frágil, el silencio de una vida entera, no se puede reparar en un abrir y cerrar de ojos, pero es el propósito de mi vida, usar mi voz y cada vez que pronuncie en voz alta SOY MEDIUM, otros tambíen se sientan seguros al expresar su verdad; también soy humana, también soy madre y esposa, juego muchos otros roles, pero mi propósito de vida se describe en una frase: Unificar desde la voz y la grandeza del amor el cielo y la tierra, de la única forma en la que se puede hacer... fusionando todos y cada uno de esos roles en un corazón humilde. Es una labor constante.
Que sea natural decirlo, para mí y para las nuevas generaciones, hablar de nuestras necesidades sin temor a ser juzgados, crear el margen de vida en el que debemos proceder, que jamás volvamos a sentir que debemos escondernos, que jamás volvamos a sentir que debemos apagar nuestra voz para no incomodar a otros, que jamás volvamos a sentir que al mostrar el poder del amor en nuestras almas otros se sienten desplazados. Que nuestro desarrollo y trabajo interior nos permitan recorrer este camino desde la esencia, al servicio de la humanidad y el mundo espiritual.
Cada paso sea dado por amor a todos los seres, que la alegría sea el efecto de haber sanado las asperezas de nuestro ser, no menos importante soltar en sí mismo la importancia que le damos a lo que los demás piensen de nuestro sendero y la forma en la que es vivido.
Tú eres luz, provienes de la fuente de amor incondicional, y cuando partes de esta experiencia terrenal regresas a nuestro hogar espiritual, sin embargo, en este recorrido te toca enfrentar muchos desafíos que pudieran hacerte olvidar por momentos quién eres realmente y a qué has venido.
Hace algún tiempo recibí del Arcángel Miguel este gentil recordatorio que acarició mi alma:
Tu Alma es como un Diamante, Simplemente Inquebrantable...
Si reflexionamos un poco encontraremos: Los diamantes son creados por la madre naturaleza cuando el carbón permanece bajo extrema presión por millones de años. La rareza y su valor son el precedente de una pieza sin color, coherentemente "blanca" irradiando un brillo deslumbrante, el corte, su claridad... Todo lo lleva a transformarse en un emblema de pureza y "perfección". Este sería el símbolo del compromiso con tu luz interior, tu fuego amoroso y transmutador, sabiduría.
Recuerda: Eres como un diamante, como el poder de la luz invencible de tu alma.
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